
Felicidad Batista
Nacida en Arafo, Tenerife. Licenciada Historia del Arte. Escritora y bibliotecaria. Comenzó a publicar en Venezuela y posteriormente en Argentina, Chile, México, Nicaragua, Perú y España. En América Latina colabora en diferentes programas culturales de radio, siendo declarada su actividad literaria de Interés Cultural en Mar del Plata. En Buenos Aires se representan y leen algunos de sus relatos. En Canarias es presidenta de la Asociación Cultural Canaria de Escritores/as, Acte. Ha recibido premios literarios nacionales e internacionales. Jurado de certámenes literarios de diferentes lugares y países.
Cronobiografía
Obras
2023
Por las calles de la vida (Escritura entre las nubes)
2021
Escritos a Padrón: especial Centenario: más de 100 escritos (Cabildo de Gran Canaria y Casa-Museo Antonio Padrón)
2021
101 relatos bibliotecarios (Editorial Viantea)
2021
Mínimas máximas (Red de Escritoras de Minificción, Chile)
2020
Letras del mundo (Editorial Etiqueta)
2020
Pequeficciones: piñata de historias mínimas (Parafernalia Ediciones Digitales)
2020
Mosaico: microficciones sobre discapacidad (Parafernalia Ediciones Digitales)
2020
Mujeres pintoras: VisiBiliz-Arte: relatos y reflexiones
2020
San Borondón: un viaje literario (Editorial Idea)
Más allá de la biografía
Pasos viajeros
Tenía tres años cuando la madre la vistió con un precioso traje blanco y unos zapatos de charol. Sus padres terminaron de arreglarse y al salir al patio para ir a la Fiesta de la Virgen del Carmen la niña ya no estaba. Asustados, la buscaron por todas partes hasta que un vecino apareció con la niña de la mano. La había encontrado cerca del Barrio del Carmen. La niña libremente y por propia iniciativa se había lanzado al camino. Una calle empedrada y sinuosa. Pasos viajeros que nunca ha abandonado. Ahora viaja lejos en busca de casas de escritores, librerías y otros lugares literarios.
La vida es un tango
Un día de su infancia escuchó a la abuela decir «la vida es un tango». De inmediato le preguntó qué era un tango. Aquella niña solo interrogó por la música, debió creer que con la lectura de cuentos y poesía había resuelto el enigma de la vida.
En la adolescencia se refugiaba en la última azotea de la casa adonde subía por una inestable escalera de palos. Era su sala secreta de lectura bajo el sol, el cielo luminoso o las nubes grises. Allí descubrió el mundo al otro lado de las páginas con el arsenal de libros sacados en préstamo de la biblioteca. Poesía, novela, cuentos y, de repente, San Petersburgo compartía espacio con Buenos Aires, Macondo o las calles de Nueva York. Le costaba hacerse con la distancia de la avenida Corrientes, las planicies interminables de Nebraska, las profundidades de la selva amazónica o los ríos cuyos horizontes eran la otra orilla inalcanzable. Pues su mundo real era el espacio cuadrado de la azotea en un pueblo, Arafo, de tres mil habitantes por aquel entonces. Al norte, el Pico del Valle, la cumbre dentada de ladera a ladera, el monte verde y los pinos entre la niebla. Al sur, el mar donde contemplaba el paso lento de los barcos en los que soñaba navegar y la silueta de Gran Canaria. Por eso, cuando descorrió las cortinas del Hotel Sheraton de Buenos Aires y vio enfrente la Torre de los Ingleses por donde pasaba Clara, la protagonista del cuento de Julio Cortázar, Ómnibus, no se asombró, pero sí se emocionó, pues ya la había visto en aquella azotea lectora.
Nunca ha terminado de dominar el laberinto urbanístico de las grandes ciudades y aún suele perderse. Una noche, en una de sus frecuentas visitas a Argentina, se extravió en Buenos Aires. Era un trayecto conocido. De memoria visual, siempre se guiaba por un poema de Borges titulado Barrio Norte, esquinado en una casa. Pero por más que buscaba el poema para orientarse, no conseguía localizarlo. La noche avanzaba y los peligros nocturnos del lugar también. Hasta que al final vislumbró a un policía que la acompañó hasta el hotel. A la mañana siguiente volvió a esas calles y entonces averiguó por qué se había perdido. El poema de Jorge Luis Borges estaba oculto tras unos andamios.
Alicia en el país de las maravillas
En 1971 sus primas le regalan por su cumpleaños Alicia en el país de las maravillas. Descubre la novela. Hasta ese día, leía poesía y cuentos. Escribe en un cuaderno «llevo diez años en el universo y no he leído novelas». Establece un sistema de lectura por países y épocas. Así, cada año de su vida aborda las novelas de distintos orígenes. Acude a la biblioteca de Arafo, primero la parroquial y más tarde, la que habilita la Caja de Ahorros, y a los 11 años lee la literatura francesa, a los 12 la inglesa, a los 13 la rusa y así, sucesivamente, hasta la edad adulta.
Premios y reconocimientos
- Finalista del II Concurso Relato Corto Mujeresisla, La Gomera, 2010
- Mención de Honor en el I Concurso de Microcuentos Lebu en Pocas Palabras, Lebu, Chile, 2011
- Mención de Honor del X Concurso Literario Gonzalo Rojas Pizarro Pizarro, Lebu, Chile, 2012
- Finalista Concurso de Cuento Mis Abuelos, Argentina, 2014
- Finalista del I Concurso de Microrrelatos Hoja en Blanco, San Cristóbal de La Laguna, 2014
- Primera Mención Especial Certamen Literario Universo de Tangos, Argentina, 2015
- Primer Premio del I Certamen Internacional Pleamar de Microrrelato, Argentina, 2016
- Tercera Mención de Certamen de Microrrelatos Bicentenario de la Declaración de Independencia, Argentina, 2016
- Tercer Premio XII Certamen Cuento Breve del Centro Cultural del Tango, Argentina, 2016
- Segundo Premio 55º Concurso Internacional Poesía y Narrativa Argentina, Argentina, 2017
- Segundo Premio del XIII Certamen de Cuento Breve del Centro Cultural del Tango Zona Norte. Academia Nacional del Tango, Argentina, 2017
- Accésit del I Certamen Internacional de Microrrelato Ángeles Álvarez Arazola, Jaén, 2021
- Seleccionada para formar parte de la Audioteca de Canarias. Instituto Canario de Desarrollo Cultural, 2021
Citas
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